Por: Simón Eslava
Pedro Castillo, profesor en Chota y “rondero” sin ronda campesina, cabeza del núcleo duro del sector de maestros en huelga, se ha negado a firmar el acuerdo entre el Ministerio de Educación y los llamados “comités regionales” para retornar a clases, dejando malparados a media docena de congresistas de la República que ofrecieron sus buenos oficios.
Una razón de fondo, que no la dicen ni la dirán, es el punto 2 del documento acordado en consultar por la mañana, quedando para su sola firma. El documento señala explícitamente: “…rechaza todo tipo de violencia, especialmente aquella que proviene de agrupaciones terroristas”.
Éstas, en el Perú, se llaman Sendero Luminoso y Proseguir (la guerra), con sus representantes manejando la huelga desde las alturas.
Cabe preguntarse: ¿El Sr. Pedro Castillo estaría dispuesto a condenar a Sendero Luminoso o Proseguir como organizaciones terroristas y asesinas, responsables de miles de vida inocentes? ¿Condenaría a este último, asentado principalmente en el VRAEM, y que se nutre del narcotráfico? ¿Por qué no lo hace? Mientras se mantuvo desconocido, en silencio, calló. Hoy no puede callar. No debe callar. No es concebible que un maestro que educa, forma y tiene que ver con la niñez y la adolescencia, encubra, justifique o, peor aún,comparta el terrorismo.
Diga una sola palabra, en firme, señor Pedro Castillo. Condene a los asesinos de miles de compatriotas aniquilados por el derecho de discrepar o no someterse, cientos de ellos hombres y mujeres del pueblo, también muchos comunistas. Llame por su nombre al terrorismo y condene a sus integrantes.
Si calla se debe entender que otorga. El que no la debe no la teme.
Tiene la palabra.
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