miércoles, 11 de mayo de 2016

NOAM CHOMSKY: VIVIMOS EL MOMENTO MÁS CRÍTICO DE LA HUMANIDAD




Agustín Fernández Gabard y Raúl Zibechi
Periódico La Jornada
Domingo 7 de febrero de 2016, p. 2


Estados Unidos fue siempre una sociedad colonizadora. Incluso antes de constituirse como Estado estaba eliminando a la población indígena, lo que significó la destrucción de muchas naciones originarias, sintetiza el lingüista y activista estadunidense Noam Chomsky cuando se le pide que describa la situación política mundial. Crítico acérrimo de la política exterior de su país, sostiene que desde 1898 se volcó hacia el escenario internacional con el control de Cuba, a la que convirtió esencialmente en colonia, para invadir luego Filipinas, asesinando a un par de cientos de miles de personas.

Continúa hilvanando una suerte de contrahistoria del imperio: Luego le robó Hawai a su población originaria, 50 años antes de incorporarla como un estado más. Inmediatamente después de la segunda Guerra Mundial Estados Unidos se convierte en potencia internacional, con un poder sin precedente en la historia, un incomparable sistema de seguridad, controlaba el hemisferio occidental y los dos océanos, y naturalmente trazó planes para tratar de organizar el mundo a su antojo.

Acepta que el poder de la superpotencia ha disminuido respecto al que tenía en 1950, la cima de su poder, cuando acumulaba 50 por ciento del producto interno bruto mundial, que ahora ha caído hasta 25 por ciento. Aun así, le parece necesario recordar que Estados Unidos sigue siendo el país más rico y poderoso del mundo, y a nivel militar es incomparable.


Un sistema de partido único

En algún momento Chomsky comparó las votaciones en su país con la elección de una marca de pasta de dientes en un supermercado. El nuestro es un país de un solo partido político, el partido de la empresa y de los negocios, con dos facciones, demócratas y republicanos, proclama. Pero cree que ya no es posible seguir hablando de esas dos viejas colectividades políticas, ya que sus tradiciones sufrieron una mutación completa durante el periodo neoliberal.

Están los republicanos modernos que se hacen llamar demócratas, mientras la antigua organización republicana quedó fuera del espectro, porque ambas partes se desplazaron a la derecha durante el periodo neoliberal, igual que sucedió en Europa. El resultado es que los nuevos demócratas de Hillary Clinton han adoptado el programa de los viejos republicanos, mientras éstos fueron completamente desplazados por los neoconservadores. Si usted mira los espectáculos televisivos donde dicen debatir, sólo se gritan unos a los otros y las pocas políticas que presentan son aterradoras.

Por ejemplo, destaca que todos los candidatos republicanos niegan el calentamiento global o son escépticos, que si bien no lo niegan dicen que los gobiernos no deben hacer algo al respecto. Sin embargo el calentamiento global es el peor problema que la especie humana ha enfrentado jamás, y estamos dirigiéndonos a un completo desastre. En su opinión, el cambio climático tiene efectos sólo comparables con la guerra nuclear. Peor aún, los republicanos quieren aumentar el uso de combustibles fósiles. No estamos ante un problema de cientos de años, sino de una o dos generaciones.

La negación de la realidad, que caracteriza a los neoconservadores, responde a una lógica similar a la que impulsa la construcción de un muro en la frontera con México. “Esas personas que tratamos de alejar son las que huyen de la destrucción causada por las políticas estadunidenses.

En Boston, donde vivo, hace un par de días el gobierno de Obama deportó a un guatemalteco que vivió aquí durante 25 años; tenía una familia, una empresa, era parte de la comunidad. Había escapado de la Guatemala destruida durante la administración Reagan. En respuesta, la idea es construir un muro para prevenirnos. En Europa es lo mismo. Cuando vemos que millones de personas huyen de Libia y de Siria a Europa, tenemos que preguntarnos qué sucedió en los últimos 300 años para llegar a esto.


Invasiones y cambio climático se retroalimentan

Hace apenas 15 años no existía el tipo de conflicto que observamos hoy en Medio Oriente. Es consecuencia de la invasión estadunidense a Irak, que es el peor crimen del siglo. La invasión británica-estadunidense tuvo consecuencias horribles, destruyeron Irak, que ahora está clasificado como el país más infeliz del mundo, porque la invasión se cobró la vida de cientos de miles de personas y generó millones de refugiados, que no fueron acogidos por Estados Unidos y tuvieron que ser recibidos por los países vecinos pobres, a los que se encargó recoger las ruinas de lo que nosotros destruimos. Y lo peor de todo es que instigaron un conflicto entre sunitas y chiítas que no existía antes.

Las palabras de Chomsky recuerdan la destrucción de Yugoslavia durante la década de 1990, instigada por Occidente. Al igual que Sarajevo, destaca que Bagdad era una ciudad integrada, donde los diversos grupos culturales compartían los mismos barrios, se casaban miembros de diferentes grupos étnicos y religiones. La invasión y las atrocidades que siguieron instigaron la creación de una monstruosidad llamada Estado Islámico, que nace con financiación saudita, uno de nuestros principales aliados en el mundo.

Uno de los mayores crímenes fue, en su opinión, la destrucción de gran parte del sistema agrícola sirio, que aseguraba la alimentación, lo que condujo a miles de personas a las ciudades, creando tensiones y conflictos que explotan apenas comienza la represión.

Una de sus hipótesis más interesantes consiste en cruzar los efectos de las intervenciones armadas del Pentágono con las consecuencias del calentamiento global.

En la guerra en Darfur (Sudán), por ejemplo, convergen los intereses de las potencias con la desertificación que expulsa poblaciones enteras de las zonas agrícolas, lo que agrava y agudiza los conflictos. Estas situaciones desembocan en crisis espantosas, como sucede en Siria, donde se registra la mayor sequía de su historia que destruyó gran parte del sistema agrícola, generando desplazamientos, exacerbando tensiones y conflictos, reflexiona.

Aún no hemos pensado detenidamente, destaca, sobre lo que implica esta negación del calentamiento global y los planes a largo plazo de los republicanos que pretenden acelerarlo: Si el nivel del mar sigue subiendo y se eleva mucho más rápido, se va a tragar países como Bangladesh, afectando a cientos de millones de personas. Los glaciares del Himalaya se derriten rápidamente poniendo en riesgo el suministro de agua para el sur de Asia. ¿Qué va a pasar con esos miles de millones de personas? Las consecuencias inminentes son horrendas, este es el momento más importante en la historia de la humanidad.

Chomsky cree que estamos ante un recodo de la historia en el que los seres humanos tenemos que decidir si queremos vivir o morir: “Lo digo literalmente. No vamos a morir todos, pero sí se destruirían las posibilidades de vida digna, y tenemos una organización llamada Partido Republicano que quiere acelerar el calentamiento global No exagero –remata– es exactamente lo que quieren hacer”.

A continuación cita el Boletín de Científicos Atómicos y su Reloj del Apocalipsis, para recordar que los especialistas sostienen que en la Conferencia de París sobre el calentamiento global era imposible conseguir un tratado vinculante, solamente acuerdos voluntarios. ¿Por qué? Debido a que los republicanos no lo aceptarían. Han bloqueado la posibilidad de un tratado vinculante que podría haber hecho algo para impedir esta tragedia masiva e inminente, una tragedia como nunca ha existido en la historia de la humanidad. Eso es lo que estamos hablando, no son cosas de importancia menor.


Guerra nuclear, posibilidad cierta

Chomsky no es de las personas que se dejan impresionar por modas académicas o intelectuales; su razonamiento radical y sereno busca evitar furores y, quizá por eso, se muestra reacio a echar las campanas al vuelo sobre la anunciada decadencia del imperio. Tiene 800 bases alrededor del mundo e invierte en su ejército tanto como todo el resto del mundo junto. Nadie tiene algo así, con soldados peleando en todas partes del mundo. China tiene una política principalmente defensiva, no posee un gran programa nuclear, aunque es posible que crezca.

El caso de Rusia es diferente. Es la principal piedra en el zapato de la dominación del Pentágono, porque tiene un sistema militar enorme. El problema es que tanto Rusia como Estados Unidos están ampliando sus sistemas militares, ambos están actuando como si la guerra fuera posible, lo cual es una locura colectiva. Cree que la guerra nuclear es irracional y que sólo podría suceder en caso de accidente o error humano. Sin embargo, coincide con William Perry, ex secretario de Defensa, quien dijo recientemente que la amenaza de una guerra nuclear es hoy mayor de lo que era durante la guerra fría. Chomsky estima que el riesgo se concentra en la proliferación de incidentes que involucran fuerzas armadas de potencias nucleares.

La guerra ha estado muy cerca innumerables veces, admite. Uno de sus ejemplos favoritos es lo sucedido bajo el gobierno de Ronald Reagan, cuando el Pentágono decidió poner a prueba las defensas rusas mediante la simulación de ataques contra la Unión Soviética.

Resultó que los rusos se lo tomaron muy en serio. En 1983 después de que los soviéticos automatizaron sus sistemas de defensa detectaron un ataque de misil estadunidense. En estos casos el protocolo es ir directo al alto mando y lanzar un contraataque. Había una persona que tenía que transmitir esta información, Stanislav Petrov, pero decidió que era una falsa alarma. Gracias a eso estamos acá hablando.

Sostiene que los sistemas de defensa de Estados Unidos tienen errores serios y hace un par de semanas se difundió un caso de 1979, cuando se detectó un ataque masivo con misiles desde Rusia. Cuando el consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, estaba levantando el teléfono para llamar al presidente James Carter y lanzar un ataque de represalia, llegó la información de que se trataba de una falsa alarma. Hay docenas de falsas alarmas cada año, asegura.

En este momento las provocaciones de Estados Unidos son constantes. La OTAN están llevando a cabo maniobras militares a 200 metros de la frontera rusa con Estonia. Nosotros no toleraríamos algo así sucediendo en México.

El caso más reciente fue el derribo de un caza ruso que estaba bombardeando fuerzas yihadistas en Siria a fines de noviembre. Hay una parte de Turquía casi rodeada por territorio sirio y el bombardero ruso voló a través de esa zona durante 17 segundos, y lo derribaron. Una gran provocación que por suerte no fue respondida por la fuerza, pero llevaron su más avanzado sistema antiaéreo a la región, que le permite derribar aviones de la OTAN. Argumenta que hechos similares están sucediendo a diario en el mar de China.

La impresión que se desprende de sus gestos y reflexiones es que si las potencias que son agredidas por Estados Unidos actuaran con la misma irresponsabilidad que Washington, la suerte estaría echada.

FUENTE: La Jornada

II CoPeN-Documento de Debate by SUTEP

lunes, 9 de mayo de 2016

EDUCANDO PARA EL FRACASO



Por Juan Planells

¡Que se sepa: sacar buenas calificaciones no garantiza que al terminar sus estudios el graduado tenga un trabajo asegurado! Los especialistas en recursos humanos coinciden en señalar que el clásico nerd no resulta un buen colaborador para la misión de las compañías, porque generalmente los alumnos exitosos viven aislados de la práctica de relaciones personales diversas; indispensables para un desempeño apropiado en el mundo laboral moderno.

Hoy, lo primero que hace la empresa cuando evalúa un candidato, incluso antes de considerar sus competencias laborales, es revisar cuáles son sus valores. Los departamentos de personal someten a los aspirantes a las vacantes a una serie de pruebas que muestren su comportamiento frente a diferentes situaciones emocionales críticas, para ver si las aptitudes que presentan en su historial estudiantil fueron adquiridas sobre la base de actitudes frente a la vida que le den un claro objetivo de desarrollo personal y social sano.

Si el postulante no sabe trabajar en equipo, tiene reacciones violentas, carece de disciplina o da poca importancia al cumplimiento de obligaciones, por más que sea un genio de las computadoras, por ejemplo, no es confiable para asumir una posición en el departamento de informática de la empresa moderna. Estos exámenes evalúan aspectos como el autocontrol, independencia, agresividad, dinamismo, liderazgo, así como prioridades y motivaciones, entre otras llamadas competencias no cognitivas o emocionales.

La escuela parece no haber entendido ese mensaje y sigue apostando a evaluar seriamente solo las competencias cognitivas, asignando calificaciones y otorgando créditos y honores a los que mejor puntaje obtienen en la larga serie de asignaturas incluidas en el currículo, como matemáticas, ciencia, historia, geografía y lengua. Un buen promedio en ese desempeño parece ser la única meta, y trimestralmente se premia al que alcanza mejores notas numéricas, haciéndolo ocupar un lugar en el cuadro de honor de su curso.

La calificación de las actitudes o valores no aparece en las páginas amarillas de la escuela. Su seguimiento se limita a un pequeño grupo de hábitos que no han cambiado en el tiempo ni merecen una calificación numérica; que se utilizan más como instrumentos de castigo que como oportunidades de consejo y guía, y que solo evalúa el profesor consejero subjetivamente. Por esto, ni profesores ni padres le conceden importancia, pues no aportan información personal de valor.

En la escuela oficial son tres las alternativas de calificación en siete hábitos listados desde hace décadas: una S de “progreso satisfactorio” que generalmente se otorga a todos, salvo faltas graves cometidas; una R de “progreso regular”; y una X de “no satisface” que se aplica a los llamados estudiantes incorregibles, por el mismo sistema que está supuesto a corregirlos. Este esquema no admite los matices que se dan en la aplicación de normas de conducta dependientes, en muchos casos, de factores externos, ni mide cuantitativamente avances progresivos en el logro de metas. Así mismo, a través de esta sección del boletín y por caprichos del educador, se reprimen comportamientos diferentes en el aula, por ser creativos e innovadores, que limitan las actividades de emprendimiento.

Es cierto que se tratan de implementar propuestas para conceder mayor importancia a las formas de comportamiento en la escuela por la vía del aumento de psicólogos y consejeros, pero la inflexibilidad del sistema no deja espacio para disponer de atención adecuada durante la presencia del estudiante, y este equipo de expertos en valores termina matando el tiempo en alguna esquina del recinto escolar. Así que no es de extrañar que la misma escuela, que debería ser un ejemplo de comportamiento, se convierta en un antitestimonio, mostrando cómo aumenta el bullying, la violencia juvenil, la intolerancia y los embarazos en la adolescencia temprana, entre otros, y que la reacción del sistema tienda a ser más represiva que orientadora.

Los encargados de recursos humanos deben explicarle a los educadores que por encima de tener puntuación de cinco en matemáticas y lengua, un joven que no pueda sustentar sus ideas en un diálogo y escoge la vía de la protesta violenta en las calles está condenado al fracaso social, y que una escuela que no promueve actividades de debate y negociación y se limita a castigar al disidente, elude su compromiso de preparar para la vida armónica y el trabajo útil, como manda la Constitución Nacional.

La prueba internacional Pisa solo mide competencias cognitivas, como el correcto uso del lenguaje, nivel de razonamiento matemático y conocimiento de la ciencia. En ella nuestros estudiantes de 15 años no lograron demostrar capacidades para enfrentar el mundo laboral de hoy. Faltaría evaluar cómo responden con actitudes proactivas para canalizar las competencias adquiridas de cara a su desarrollo como personas y ciudadanos. Una prueba Pisa en valores sería necesaria. Ya existe el conocimiento para descubrir las áreas no cognitivas o emocionales que permiten una inserción exitosa en la sociedad, como trabajadores y ciudadanos, y fórmulas para cuantificar su avance, que utilizan las empresas desde hace años. Traspasar esa metodología a la escuela debiera ser parte de los cambios en educación. Más que preguntar a los empresarios qué técnicos necesita y cuánto deben saber, convendría preguntar qué valores deben tener, porque la escuela puede estar preparando muy bien para el fracaso.


FUENTE: La Prensa

¿QUE ES LA VIDA?




Carlos Alvarez de Zayas


Quisiéramos sintetizar en este trabajo en su expresión más simple: la interpretación ontológica de los fenómenos biológicos, en contraposición con el existencialismo contemporáneo y con otras filosofías como el idealismo, que lo precedió, los cuales mantuvieron y mantienen una posición confusa acerca de la visión del ser humano. En estos enfoques se acostumbra atribuirle como esencia solamente a su naturaleza orgánica, con esto la misma comprensión del mundo orgánico es privada de las visiones que la auto percepción humana le ofrece, al mismo tiempo que no aprecia la verdadera línea divisoria entre lo simple animal y el ser humano.

Por otro lado la “biología científica”, cuyas reglas la mantienen atada a los hechos físicos exteriores que ignora la dimensión subjetiva; con lo que no se puede diferenciar lo animado e inanimado; y al mismo tiempo el sentido de la vida cuando, explicado únicamente a través de lo material, el fenómeno biológico se vuelve aun más enigmático.

Los dos puntos de vista, idealismo subjetivo y el materialismo objetivo, con criterios absolutos que, desde Descartes son mantenidos artificialmente separados, en verdad se complementan lógicamente . Al querer explicarlos aisladamente, cada uno de estos muestra insuficienicas, tanto en la comprensión del ser humano, como en la vida extra humana y de otras especies vivas.

Una relectura de la biología, del fenómeno vivo, puede conjugar la comprensión de las cosas orgánicas con la dimensión interior y así reconquistar para la unidad psico social y física de la vida el lugar que ella perdió en la teoría después de la separación absoluta establecida entre lo mental y lo material. En este caso la comprensión de lo orgánico nos permite también la comprensión del ser humano.

De acuerdo con esto, las consideraciones a seguir buscan derrumbar por un lado las barreras antropocéntricas de la filosofía idealista y existencialista y por otro las barreras materialistas de las ciencias naturales, de carácter positivista.

Efectivamente en el misterio del cuerpo vivo las dos están unidas. Las grandes contradicciones que el ser humano encuentra en sí mismo; espíritu-materia, libertad-necesidad, autonomía-dependencia, el yo-mundo, relaciones-islamiento, actividad creadora y condición moral, ya están de algún modo prefiguradas en las primarias manifestaciones de vida, cada una de ellas manteniendo un precario equilibrio entre el ser y no ser, siempre trayendo dentro de sí un horizonte de “trascendencia”.

En este tema, común a toda vida, conjugaremos las capacidades y funciones orgánicas: metabolismo, movimiento y apetito; con la explicación de la sensación y la percepción, imaginación; con el arte y el concepto, en una escala de libertad y riesgo, de la cual también forma parte el humano. Todo lo cual nos lleva a una nueva compresión de su unicidad, cuando deje de considerarse un ser metafísicamente aislado de los otros organismos.

Por lo tanto el lector aquí no encontrara nada de optimismo evolucionista, como una incesante marcha de la vida rumbo a la más alta perfección, ni del principio de novedad creadora que siempre se realiza y por eso se obtiene éxito, admitido como base de todo el incesante movimiento del universo.

Vera por el contrario, la vida considerada como un experimento envolviendo apuestas y riesgos cada vez mayores, que puede llevarla a la extinción o a su conservación. La diferencia entre esta visión y las otras historias de éxito metafísicas se manifestará, como una diferencia no solo de cosmovisiones, sino también como una cuestión de justicia filosófica hacia el fenómeno biológico.

El fenómeno de la vida, que se explica sobre la base de teorías ontológicas, conlleva cuestiones que van desde la física y la biología hasta la epistemología y la ética, dimensiones todas de un mismo objeto de estudio. El propio fenómeno de la vida rechaza los límites absolutos que generalmente separan entre sí nuestras disciplinas y nuestros campos de trabajo. Así la dialéctica fundamental del fenómeno vida es: organismo y libertad. Veamos:

2.1 ¿Qué es la vida?
En general los profesionales y estudiantes de medicina desde su inicio facultativo están dedicados a estudiar la morfología, la fisiología, la patología y el tratamiento del cuerpo humano, aunque con una noción epistemológica del objeto de estudio de la medicina no muy clara. Aun, antes de explicar la episteme médica, que debería ser primordial para cualquier profesional del área, en este caso del médico, la enfermera, etc., debemos dejar sentado que es necesario pasar por una lógica anterior a la explicación del cuerpo humano, es ineludible ver el fundamento original que mantiene al ser humano vivo en sus actividades cotidianas, en salud o enfermedad, nos referimos al principio de lo vivo, a la episteme esencial que trata con la naturaleza viva, a la pregunta de qué da origen a la vida, al humano, la cual la biología lleva en sus entrañas desde su inicio como ciencia.
La investigación sobre el significado de la vida es hasta ahora la pregunta más inquietante y enigmática entre los saberes de la biología e inclusive de otras ciencias y filosofías.

Usualmente cuando uno pregunta qué es la vida a los profesores correspondientes estos en su mayoría responden que es una cuestión filosófica o religiosa y que poco tiene que ver con la ciencia en cuestión o se reducen a cuestiones pertenecientes al mundo inerte, al mundo sin vida, al mundo físico-químico o inclusive subatómico.

Se dice y escribe dentro la comunidad científica y filosófica, que el tronco del árbol del conocimiento humano del siglo XX ha sido de la física, la que nos ha dado las luces para el progreso del entendimiento del mundo, y que las ramas de este árbol eran las demás ciencias; sin embargo en pleno siglo XXI esta visión se ha ido reconstruyendo y la biología se ha responsabilizado con ser el tronco del árbol del entendimiento humano, no sólo por las paradojas y limitaciones que el mundo cuántico y subatómico han presentado, sino porque desde lo biológico se puede hacer explícito la creación del mundo y explicar la existencia de los demás organismos con los cuales convive, formando una red de procesos auto regulados, desde las bacterias autónomas hasta la auto organización de la biosfera.

La biología hoy día es la base del conocimiento humano, los procesos cognitivos y físico psico neurológicos de todos los organismos se dan cuando estos están vivos, y no inanimados. Es, en este sentido, que el mundo sólo puede ser conocido como tal cuando emerge lo vivo, cuando hay un observador que está vivo, antes de esto, el mundo, si es que existe, es desconocido.

Pocos han sido los científicos que han intentado dar una respuesta plausible, tanto desde lo teórico como desde lo experimental, para la pregunta de la cual queremos partir en esta obra, ¿qué es la vida? El profesional o estudiante de medicina leyendo un libro sobre la ciencia médica, se preguntará cuál es la relación entre el proceso salud-enfermedad o epistemología médica y lo que es vida. Estamos seguros que dentro de la caracterización de lo vivo y la base epistemológica del fenómeno biológico, se dará un paso inicial e importante para la construcción y entendimiento de la epistemología médica y por lo tanto para el cabal entendimiento del proceso salud enfermedad.

En conclusión se hace necesario significar que cualquier ciencia de naturaleza biológica para poder explicar científicamente su objeto de estudio tiene que ser capaz de explicar qué es la vida.

2.2 El origen de la vida como punto de partida
Es evidente que cuando uno se pregunta sobre algún fenómeno, proceso u objeto, sea por ejemplo el músculo esternocleidomastoideo, uno en primera instancia piensa, para qué sirve y dónde está eso?, sin embargo una vía de razonamiento con una llegada más cerca del entendimiento es preguntarse ontológicamente sobre el origen, cuál es el origen de ese músculo? Seguramente el estudiante o profesional que lo haga encontrará que dicho músculo tuvo su origen en un vertebrado común, se encuentra en la mayoría de los vertebrados y que en todos estos organismos, inclusive en el humano, este músculo conecta por el exterior de la apófisis mastoidea del hueso oxipétalo cefálico, el cuello al tronco y la cabeza.

Así también cuando uno se pregunta ¿qué es la vida? Se tratará de explicar que la misma surgió hace más de 3.5 billones de años y que se conserva hasta ahora, un principio básico de lo vivo, que mantiene en el vivir a todos los organismos del planeta y además que los ha diversificado.

Hay innumerables teorías e hipótesis del paso del objeto inanimado fisicoquímico a lo vivo, sin embargo ninguna de ella ha resuelto el camino hacia la complejidad de la emergencia celular y simplemente ha resuelto la aparición de algunos componentes orgánicos y moleculares, no así del sistema celular como tal. Hasta ahora, y por vía experimental hay investigaciones que van por tres vías en el intento de entender el origen del primer ser vivo y la construcción de una célula mínima que pueda ser cultivada. La primera intenta reducir el genoma de un microorganismo a saber con qué cantidad mínima de genes puede existir un ser vivo, la segunda intenta introducir sistemas metabólicos o de procesos moleculares básicos dentro una micela de lípidos y ver si esta sobrevive y la tercera estudia los microorganismos extremo filos, que viven en condiciones extremas de temperatura y pH que asemeja las condiciones iniciales de la tierra. Lo cierto es que cuando se quiere explicar el concepto de célula, se tiene que partir de una nueva cosmovisión.

En el colegio enseñan que la vida se expresa mediante el nacer, crecer, reproducirse y morir. Esto sin dudas no es una falsedad completa, pero tampoco nos lleva directamente al punto central. En la universidad el tema se reduce a la reproducción y a la evolución de la vida, los profesores dicen que la vida tiene en común la reproducción y la evolución, sin embargo hay varios organismos marinos que no se reproducen y están vivos. Podríamos también tomar a la mula como ejemplo terrestre, es un organismo híbrido que no se reproduce pero está vivo desde que nace hasta que muere, es más, los niños y ancianos no se reproducen y están vivos. Pues bien, a partir de aquí uno puede decir que la reproducción no es general a lo biológico como tal, en toda su dimensión.

La evolución de las especies tiene como sustrato la modificación genotípica y en cierta medida fenotípica, para que haya modificación o diferencia es necesaria la recombinación cromosómica, la varianza a partir de la cual la derivación natural puede comenzar el juego evolutivo de las posibilidades y determinantes. Pero la varianza genética depende y está ligada directamente a la reproducción, por lo tanto se infiere que la reproducción es antes de la evolución y que por lo tanto la evolución no puede ser un factor general al fenómeno biológico. Nuevamente tenemos que retroceder un paso antes de la reproducción y la evolución, volver a la emergencia de la primera célula viva en el planeta, volver al origen mismo, a la unidad. Solamente puede haber reproducción y evolución si hay unidad o sistema perecedero.

Es decir, la respuesta a la pregunta de qué es la vida, requiere de un nuevo enfoque que incluyendo todos los análisis e inferencias anteriores, parta de un fundamento epistemológico cualitativamente superior, que nosotros formulamos como la conjunción dialéctica de lo material y lo espiritual, para lo cual debemos explicar qué es lo material y qué es lo espiritual en una nueva síntesis.

2.3 Dimensión material de la vida
Para que el lector tenga una comprensión no reducida del fenómeno biológico como una cuestión fisicoquímica o fisiológica, sino en su complejidad, es útil ver una de las dimensiones del sistema o unidad, sin caer en la división del cartesianismo en una formulación absoluta.

Materialmente la vida en la tierra está hecha de una serie de relaciones moleculares y metabólicas en su base celular, relaciones anatómicas y fisiológicas en su base meta celular y finalmente de relaciones ecosistemicas y poblacionales en su base ecobioesférica. A nivel de organismo estas relaciones materiales permiten el espectro del domino operacional que cada organismo puede tener en su medio ambiente.

De esta dimensión parte un concepto central en la nueva biología, que es el de determinismo estructural. Cada organismo está determinado en su dominio operacional por su estructura. Por ejemplo los humanos no podemos volar por nosotros mismos o con nuestro cuerpo ya que estructuralmente no tenemos alas, los gatos pueden saltar muchas veces mas su tamaño, porque están determinados estructuralmente en su anatomía, en su estructura para hacerlo, para tener ese dominio operacional. Además un ser vivo determinado en su estructura significa que cuando algo externo incide sobre ellos, los efectos dependen de ellos mismos, de su estructura y estado en ese instante, y no de lo externo. De lo que se hace presente la relación determinística, estructura-función.

Sin embargo, desde el determinismo del mundo físico-químico no podemos explicarnos el comportamiento complejo del mundo de lo vivo, como por ejemplo podemos observar que existe una cantidad innumerable de microorganismos en el medio que son patógenos, pero que no nos hacen daño, ¿por qué? Existen también líquidos corporales que son excretados por nuestras células cuando estamos en un estado emocionalmente estable, sin embargo cuando nuestras emociones cambian, y sentimos pena, estos líquidos dejan de producirse y los patógenos que naturalmente están en el medio consiguen entrar, no es la inestabilidad emocional que nos enfermó, si no el determinismo estructural de ese estado que permitió el ingreso de patógenos.

Si sólo el comportamiento vital se reduce a la relación determinista estructura-función, tendríamos que esperar un solo comportamiento de respuesta ante una cierta situación, por ejemplo: Nosotros podemos mover a un perro contra su voluntad, es decir podemos jalarlo hasta un plato de comida, pero no podemos obligarlo a comer o tomar agua. En otras palabras existe un determinismo estructural en todos los organismos vivos, lo que implica que existe una barrera epistemológica para conocer el mundo del otro, su interioridad. Un biólogo, un médico o un psicólogo nunca podrían conocer fielmente lo que siente su objeto de estudio, simplemente porque estructuralmente estos profesionales estarán determinados única y solamente en sus cuerpos y para saber tendrían que vivir en el cuerpo de su objeto, es más tendrían que ser el objeto mismo y vivir su historia. Para estudiar el vivir de otro organismo, en este caso una mosca, tendríamos que mosquear, esto puede parecer risible, sin embargo nos es vedado por nuestra propia estructura de no-mosca.

Por otro lado hay una nueva expresión del determinismo estructural usando un lenguaje más contemporáneo: La moda científica actual dentro el fisicismo biológico, es atribuirle una especie de “espíritu cuántico” a la materia, al cuerpo, sin aún poder, como ciencia subatómica dar una explicación justa del paso del mundo micro al macro, del quantum a la galaxia, del átomo a la célula. Es a partir de estos criterios que se pretende ilusoriamente que del fenómeno electromagnético físico, del quantum, dar el toque de gracia a la vida y a la consciencia. En ese sentido nos muestran e insisten con frecuencia, por intermedio de los libros, de la televisión, de los periódicos y las aulas, que el espíritu separado del cuerpo responde a cuestiones energéticas físicas impalpables a primera instancia, como la luz, sin embargo ninguna ley del mundo material, ni la segunda ley de la termodinámica pueden explicar o predecir la autonomía del fenómeno biológico, ni encuadrarla dentro de las leyes físico-químicas, ni siquiera la religión evocando un espíritu etéreo, fuera del cuerpo, tornando o reduciendo el fenómeno de lo vivo a la pura metafísica. Lo cierto es que sólo la vida puede conocer a la vida, y puede sentir sólo y únicamente a partir de ahí, de este estado que dimensionalmente alberga dentro de su unidad: su dimensión inmaterial.

En este punto es importante mencionar que esta dimensión puede ser llamada de varias formas; así, en cierta medida, podemos hablar de lo mental como un sinónimo de lo espiritual, también es común oír hablar de la energía, del alma, la consciencia como dimensión inmaterial de la vida.

Encontramos esta dimensión cuando por ejemplo dos perros van a establecer una comunicación de pelea, aparecen los sentimientos que ya están presentes en las formas más diminutas de vida, en las células, los pelos se les erizan, comienzan a hacer ruidos propios de ellos y mostrar los dientes como advertencia, es decir existe una meta comunicación antes de la pelea en sí, es como si uno dijera al otro, mira que esto puede doler, puede causar sufrimiento y a veces sólo en esta intimación simbólica se diluye la confrontación. Es evidente que esto no es un fenómeno puramente material, ni se puede reducir a una cuestión fisiológica o fisicoquímica, es un plano mayor que alberga la dimensión inmaterial y emerge conjuntamente y unívocamente con la dimensión corpórea, material, definiendo y distinguiendo así el fenómeno biológico como fenómeno central de la Naturaleza.

En resumen, la explicación de lo material, que existe en la realidad objetiva, aporta una caracterización de la vida en una relación estructural funcional que, sin dudas, condiciona el comportamiento vital pero que no puede explicar en esencia el comportamiento de lo vivo.

2.4 Dimensión espiritual de la vida
Usualmente a la dimensión espiritual o inmaterial de la vida se la intenta rescatar desde el mundo inanimado del entendimiento sub atómico, como el cargador del espíritu y el promotor de la conciencia vital del mismo modo que se le atribuye al gen la responsabilidad total en la dimensión material de la vida. Sin embargo, al formarse la unidad viva, en el momento en que la realidad cambia de cualidad emerge algo distinto que no es sólo materia, pero que tampoco deja de serlo, surge la vida, y con ella emergen una serie de otras características distintas del mundo de la materia pura fisicoquímica.

Al estudiar la teoría del conocimiento, lo gnoseológico, al explicar la adquisición del conocimiento en el humano, constatamos que cuando un sujeto al ver la realidad que lo rodea puede refractarlas en sí mismo a través de sus sentidos; es decir, puede verlas (sensación) porque incide en los ojos. El nervio óptico “traduce” la información recibida y la traslada hasta el cerebro, por medio de impulsos eléctricos. Es decir, al ojo llega la luz; el nervio óptico capta sólo lo informacional, lo modulado y lo traslada hasta el cerebro, por medio de pulsos eléctricos (diferencias de potenciales).

Este órgano, registra esa información de un modo digital, al afectar a sus células, de modo tal que en su estructura pueda guardar materialmente lo modulado en la onda electromagnética, como información. Sin embargo, esta información es la que se convierte en el punto de partida de la mente cuya naturaleza es espiritual.

La información que se recepciona del contexto a través de los sentidos, el sujeto la analiza, pero ahora en su mente, en la dimensión espiritual del cerebro-mente, y allí descompone al objeto de estudio en sus partes constitutivas.

A esta mente, que es la dimensión espiritual del cerebro, ingresa la información que recibe de los sentidos, y es allí en que el sujeto escoge aquel aspecto que entiende más significativo, desde la espiritualidad de la persona receptora. A este proceso de selección subjetiva del sujeto cognoscente se le llama percepción: La sensación fundamentalmente es material, la percepción fundamentalmente espiritual, siempre juntas e inseparables, como condición de la existencia del cerebro-mente. De tal modo el sujeto percibe aquello para lo cual está debidamente preparado como parte de su formación.

Consecuentemente, el determinismo estructural de naturaleza material que está relacionando fuertemente con la historia filogenética de la especie, tiene que conjugarse, dialécticamente, también con la historia ontogénica del organismo en cuestión. El cerebro de una persona que ha leído Nietzsche es diferente de la que ha leído Eliot. Así es que la dimensión material de la vida implica cuestiones no solamente científicas para la explicación del fenómeno vivo y el fundamento para una epistemología médica, si no plantea cuestiones éticas para la reflexión filosófica: Uno ve en el objeto lo que previamente conoce o mejor descubre lo que quiere descubrir, parece no científico esta formulación, pero la gnoseología así nos lo muestra.

Tenemos así el surgimiento ontológico de un universo interior de significados, de una unidad que toma decisiones y que aprende a comunicarse, dentro de planos conciénciales e inconscientes, innatos e instintivos, pero siempre manteniendo una autonomía de lo que le sucede interiormente.

Lo que hace el científico que estudia y lidia con organismos vivos, sea biólogo, medico, psicólogo o pedagogo es describir simplemente un pedazo de la historia de ese organismo y a partir de ahí hacer sus propias inferencias, siempre desde su estructura y su cuerpo. Las implicaciones desprendidas de esta dimensión dan un sentido ético a nuestro hacer como profesionales que estudiamos fenómenos biológicos, y nos limita a apurar y perfeccionar nuestra capacidad descriptiva.

Existen métodos para hacer ciencia desde esta dimensión y este es el llamado método en primera persona, es decir, el científico que quiera estudiar algún fenómeno en esta dimensión, lo tendría que hacer primero en si propio y así alcanzar un conocimiento más aproximado del fenómeno.

En conclusión, aunque el comportamiento de los seres vivos está supeditado a la relación estructura-función, la misma no responde con necesidad determinista de igual manera en todas las condiciones de existencia de dicho ser. Hay otra relación de naturaleza ontogenética, donde la espiritualidad prima, que la modifica en correspondencia con las características espirituales de dicho ser.

2.5 La organización de lo vivo como disolución del dualismo. La autopoyesis
Así espíritu y materia o mente y cuerpo no son dos entidades que simplemente se relacionan, si no que son dimensiones de un mismo fenómeno, el biológico. No es posible saber si ya desde el inicio de la vida, desde las células, existen valores, si hay un sentimiento de amor, de felicidad, etc. No podemos descartar ni caer dentro de cajas negras de negación a esta dimensión incluso en las células, ya que cada organismo de este planeta desde una pulga hasta una secuoya pasando por el ser humano derivamos de una célula.

Cuando estudiamos un sistema organizado, dejamos de lado la materia para centrarnos en la organización, su estructura; sin embargo, la biología ha tendido a ignorar los aspectos organizativos de los seres vivos, para centrarse en el material del que están compuestos, por ejemplo actualmente el reduccionismo materialista ha intentado centrar al fenómeno biológico a los genes, como los cargadores de enfermedades, disfunciones, características e inclusive comportamiento.

En cierta medida esto no es falso, pero es evidente que no sólo los genes constituyen el ser vivo, si no que existe otra dimensión, que no es genética, sino subjetiva, que incluye una dinámica en que ni la molécula de DNA, ni el reduccionismo materialista, son los únicos fundadores de la historia del ser vivo.

La organización biológica que incluye ambas dimensiones y desde la cual surge la totalidad del fenómeno biológico, es el de la organización autopoyética, ‘auto’ de uno mismo y ‘poyética’ de hacer o producir. Veamos:
La dinámica de la dimensión material del ser es consecuencia de las diferencias energéticas existentes entre componentes del objeto, que tienden inconscientemente a un equilibrio energético, que presupone su estabilización y muerte consecuente. (Segundo principio de la termodinámica). Sin embargo, la dimensión espiritual del ser presupone la autopoyesis. La autopoyésis este auto hacerse, conscientemente, que ninguna máquina construida por el ser humano aún consigue, se presenta como la disolución del dualismo generando un monismo dialectico en el ser vivo y exponiendo desde formas simples, las dimensiones mentales, del pensamiento; así como, las materiales, en la que la dinámica del comportamiento del sujeto es consecuencia de determinar conscientemente una cierta aspiración, un cierto objetivo, organizando y desarrollando un proceso al efecto, cuya energía la toma la subjetividad del medio para cumplir su propia finalidad.

La autopoyesis es la capacidad de un sistema para organizarse conscientemente de tal manera que el único producto resultante es él mismo.

Una suerte de reflexividad donde no hay separación dicotómica entre el productor y el producto. El ser, el estar y el hacer de una unidad autopoyética son inseparables y esto constituye su modo específico de organización.
El ser como estado espiritual del objeto que determina su propia organización estructural, el estar; que posibilita el hacer que, como síntesis dialéctica, canaliza el alcanzar el objetivo.

Nuestra experiencia está amarrada a nuestra estructura de una forma indisoluble, el punto crucial donde el dualismo cae por su propio peso y da el inicio a un monismo dialéctico que en sí lleva lo material y espiritual.

Los seres vivos no vemos el espacio del mundo, vivimos nuestro campo visual ontogénico donde cada explicación que le damos está necesariamente ligada a nuestra historia de transformaciones resultado de unas historias de interacciones, a partir de una estructura inicial. Es una red de producción y transformación de componentes tal que los componentes son determinantes de los procesos que los generan y viceversa. Esta red autopoyética produce una unidad discreta en el espacio físico y psíquico, material-espiritual.

La estructura-función, de la dimensión material del ser; se conjuga dialéctica con la dialéctica vivencial autopoyética, de naturaleza espiritual, que reorganiza dicha estructura para que funcionalmente pueda hacer lo que le posibilita alcanzar el objetivo, la toma de decisiones a partir de sus valoraciones y espiritualidad en general, entre ellas sus propias autodeterminaciones, su libertad. Con lo cual vamos demostrando la formulación original de este trabajo: Organismo-Libertad.

La Autopoyesis, trae consigo de la mano, una nueva epistemología y una teoría sobre el origen del ser. Todo devenir que involucra la realización del vivir de al menos un ser vivo es un fenómeno biológico. Así, la bioquímica es química involucrada en la realización del vivir de una célula; la biofísica es física involucrada en la realización de un vivir de un ser vivo, la biopsicología es psicología involucrada en la realización del vivir de una unidad.

El conocer es el operar adecuado, que surge en la realización del vivir de un ser vivo. Por lo tanto en esta disolución del dualismo separador y la construcción del monismo dialectico integrador, los seres vivos son vistos como totalidades mente-corpóreas y/o espiritual-material y no como partes no relacionadas o simplemente como conjunto de propiedades.

2.6 Dialéctica del nacimiento y la muerte. La vida como proceso
La relación dialéctica entre lo material y lo espiritual, que tiene momentos significativos en el nacimiento y en la muerte, no presuponen el surgimiento o la desaparición de ambos en los mencionados momentos sino que, como cualquier cambio característico de un objeto en su desarrollo, sí presupone transformaciones cualitativas de ambos componentes o dimensiones.

Ni muerte absoluta, ni nacimiento absoluto, sino cambios cualitativos profundos, en los que las dos dimensiones tienen aspectos que permanecen y otros que cambian, repito, cualitativamente. El nacimiento es un momento de la muerte, la muerte del nacimiento. La vida es el proceso que une ambos estadios del ser.

El nacimiento y su par dialéctico, la muerte, son de naturaleza biológica, pero no se reducen sólo a lo físico-químico; sino que es consecuencia también de lo sociológico, de lo cognitivo, de lo psicológico, pero fundamentalmente, de lo ontológico.

La muerte vista como un momento del nacimiento, donde la misma muerte genera más vida, donde cada célula que muere dentro de nuestro organismo nos posibilita vivir, donde el producto de nuestra digestión conlleva a contribuir en la nutrición de la tierra la cual al mismo tiempo nos alimenta, una dialógica en espiral. La vida que no es espíritu solamente ni puramente materia, pero que al mismo tiempo conlleva unívocamente ambas dimensiones como parte de un mismo proceso.

Una relectura del fenómeno biológico a partir de un monismo dialectico integrador posibilita no solamente una base epistemológica para la medicina, la veterinaria, la agronomía, la ecología y las ciencias relacionadas a las ciencias de la vida, si no que redirecciona nuestra forma de pensar el mundo que hasta ahora se ha mantenido dentro de la ontología de lo inanimado, en el cual lo vivo era la excepción de la regla dentro el universo muerto y cuyo alcance no podía ser, si no dentro de sí mismo.

Entre el nacimiento y la muerte se lleva a cabo la vida, en un determinado proceso. La muerte y el nacimiento son momentos de la vida, que pasa de un estado a otro, en que sus esencias material-espiritual, objetivo-subjetivo e individual-social producen cambios cualitativos del ser.

La vida es un proceso consciente que permea la dinámica del ser desde el nacimiento hasta la muerte, en esa etapa, y que continúa en etapas sucesivas. Una de las dimensiones de dicho proceso vital es el proceso salud-enfermedad.

1.7 La vida como fenómeno complejo
En lo biológico está la unidad, la síntesis del ser, la ontología espiritual y el cuerpo material como opuestos complementarios, prefigurados desde el inicio de la vida sobre la tierra y maximizado hasta la unidad de la biosfera.

En este sentido nuevamente hay un transfondo y redirección del fenómeno biológico, no visto más como un fenómeno puramente físico, corpóreo y material, sino un fenómeno el cual incluye y no se esconde de la experiencia mística, de la experiencia espiritual, de la experiencia del amor, los cuales son estados de la vida y no emergen fuera de ella.

Un diagrama que torna al fenómeno biológico como fenómeno complejo y lo deja en su cabalidad dimensional es el propuesto donde en una misma unidad existe dimensiones opuestas complementarias y propiedades emergentes a cada nivel de organización cualitativamente diferente al previo. Es evidente que los pasos hacia un nueva visión del mundo, conllevará, en su esencia misma, la reformulación de la episteme de lo vivo.