1° Los que vienen con el disfraz no de la
Caperucita Roja, por respeto a la infancia y la niñez, sino comiéndose sus
sapos, se encubren con las conquistas que hoy están contempladas en la Ley
25212, logradas en el primer gobierno de García, 1990 y, a las dijeron “el plato
de ceviche de la traición”, “las migajas”, etc., que hoy muy a sus pesares
tienen reconocer que son victorias del magisterio logradas por la correcta
dirección política (PR) del glorioso y siempre victorioso SUTEP; para llevar al
magisterio por sus bajos y reales objetivos de: 1. buscar la amnistía para
Abimael y por lo tanto la de Fujimori (igual que los fujiapristas) y, 2.
Reinsertar al MOVADEF (SL) a la vida electoral, es decir según categorías que
ustedes usan, convertirse en revisionistas traidores del pueblo
2° Si viviera Horacio estaría orgulloso de que su
trabajo y sacrificio no fue en vano porque vería un SUTEP unido, robusto y
sobretodo con nuevos y jóvenes cuadros dotados de una convicción ideológica de
servir al pueblo de todo corazón. Si Horacio viviera iría, como ahora y siempre,
adelante en nuestras luchas, agitando
¡el SUTEP es uno sólo y nadie lo divide!, porque siempre que luchamos los
sutepistas ¡sentimos, sentimos Horacio está presente!
3°
El 12 doce se setiembre, la segunda semana de nuestra exitosa X Huelga
Nacional, se cumplía el vigésimo
aniversario de la captura de Abimael Guzmán Reynoso, jefe de Sendero Luminoso,
ocurrida el 12 septiembre de 1992, que termina con el reconocimiento de la
derrota de su “guerra popular” y el tristemente célebre “Acuerdo de Paz” entre
Guzmán y Fujimori, en diciembre de 1993. El acta del II plenario del comité
central de sendero Luminoso, de marzo de 1983, contiene el acuerdo, de masacrar
al pueblo de Santiago de LUCANAMARCA, sin utilizar armas de fuego, sólo machetes
y cuchillos, ni respetar género y ni edad; el
3 de abril de ese año, se asesinó
a 69 personas, casi toda la población, el más joven de seis meses, con el cráneo
aplastado, es que lo relaciona con
25 000 asesinatos de campesinos, obreros, maestros,
empleados, niños, adolescentes, madres, padres y dirigentes comunales y
sindicales; es decir, al pueblo que dijo proteger y representar, prueba que
lo condena a cadena perpetua y, desnuda el carácter no marxista, no leninista,
contrarrevolucionario y criminal del pensamiento Gonzalo y su organización. Esto es felonía de lesa humanidad,
señores, si se les puede llamar señores.
Saludos,
hasta la victoria final.
Julio
César
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