Se acercan las navidades, unas fechas señaladas muy esperadas por algunos y odiadas por otros. Es por esta razón que me parece interesante poder hablar un poco sobre ello.
La navidad, en principio, se interpreta como sinónimo de felicidad, de entrañables reuniones familiares, de intercambio de regalos, de fiestas con amigos, etc. Pero la realidad puede ser muy diferente para muchas personas, que no ven en estas fechas más que un motivo para la tristeza y la melancolía.
"La navidad conlleva unas circunstancias emocionales peculiares, hay que enfrentarse a la alegría, a la felicidad obligatoria, y para eso hay que estar bien". Explica Garraleta (médico de familia en el centro de Salud Espartero de Logroño).
Uno de los principales detonantes de este estado de ánimo es el recuerdo de aquellos seres queridos que están lejos de casa o que han fallecido. Su ausencia se nota más y por tanto, el vacío que se siente es mucho mayor.
Es importante poder respetar los sentimientos, tanto propios como de los demás. Éstos son personales y circunstanciales. "No se puede obligar a nadie a estar alegre". Además de intentar no emitir juicios de valor, ya que cada persona gestiona y vive las situaciones según sus creencias y valores.
Otro de los factores que intervienen en este estado emocional es la familia. Los medios de comunicación y la publicidad enfatizan la necesidad de estar acompañado y ser feliz en navidad. Esta presión crea en todos nosotros una necesidad de estar acompañados por los seres queridos y sentirnos felices, ¿pero qué pasa con esas familias que no están bien avenidas? Es posible que durante esas reuniones aparezcan conflictos que estaban escondidos. Para ello, es importante intentar fomentar una comunicación asertiva entre los miembros y tener en cuenta que no existe la familia perfecta. Intenta aceptarlos centrándote en sus cualidades y en lo que puedas aprender y compartir de positivo con ellos.
Hay personas que aprovechan estas fechas para hacer un balance de cómo ha ido el año, ésto en ocasiones puede recordar que no se ha logrado lo que se pretendía, motivo más que suficiente para poder sentirse a disgusto con uno mismo. Sea cual sea el resultado obtenido, es positivo verlo como una herramienta de cambio y no como una excusa para rendirse y entrar en un estado de tristeza y desesperanza.
Las navidades son fechas con una elevada frecuencia de reuniones e incremento de actividad que pueden hacer aparecer estrés. Para ello es importante gestionar y organizar bien el tiempo. De esta forma, la persona estará más tranquila y podrá disfrutar mejor de cada uno de los momentos.
Recuerda:
No es necesario pasarlo bien obligatoriamente, al fin y al cabo las fechas son días en el calendario, tendrán la importancia que tú las quieras dar.
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