martes, 5 de febrero de 2013

SUTE XVI SECTOR Y DEMAS ORGANIZACIONES SOCIALES SE REAFIRMAN CON EL NO A LA REVOCATORIA


Las propuestas del nuevo NO

 Mirko Lauer
La nueva versión de la campaña de rostros del NO, ahora en grandes carteles sobre temas que preocupan también a los vecinos de Lima, ha molestado a los revocadores. En verdad, desde el primer día les ha molestado que el NO haga campaña. Es decir, que los conductores de la gestión municipal satanizada se defiendan.

Algún comentarista ha llegado a decir que como los temas de los carteles son novedosos en la contienda, el JNE debe volver a intervenir para intentar atar de manos al NO. El JNE no lo hizo cuando el SI lanzó la acusación de pituca, vaga e incapaz contra Susana Villarán, no se entiende por qué el JNE lo haría ahora que el NO apunta a las preocupaciones de los vecinos.
La patética queja de algunos revocadores es más o menos que les han politizado la revocatoria. Como si tratar de derribar al concejo municipal elegido de la mayor ciudad del Perú no fuera un mayúsculo acto político. La prueba es que los partidos políticos han asumido públicas posiciones en la batalla casi desde la primera hora.
Una característica de esta etapa en los rostros del NO es que todo político con algún interés en mejorar la condición de los peruanos puede suscribir sus lemas. De hecho son muchos los políticos actualmente adheridos al SI, que los han utilizado a forro, todos o algunos, iguales o similares, en sus pasadas campañas electorales.
Para Villarán y su equipo los nuevos carteles son la oportunidad de poner en vitrina los valores que impulsan su gestión. En algunos casos ellos incluso son un eco de lo que fue su campaña electoral a la alcaldía. Desde el punto de vista del estilo, ellos son una estrategia mucho mejor que dedicarse a satanizar al contrincante.
¿Funcionará? Está por verse. La apuesta parece ser a que una parte suficiente de la población pase de una actitud emotiva a una reflexiva, y por esa vía se pueda conectar con sus verdaderos intereses. Lo cual, si la ley no cambia, podría demostrar utilidad frente a la creciente plaga de revocatorias sin argumentos de peso en todo el país.
Vistos desde otro ángulo, los carteles evocan una lista de promesas políticas de los más variados orígenes, fantasmas de programas de gobierno muertos en grandes hecatombes de la voluntad política. En esa medida son mensajes que hacen pensar mucho más allá de las criolladas cerriles de los revocadores de la primera o la segunda hora.
Debemos suponer que todo esto elevará el nivel de la campaña del SI, que ahora está consistiendo sobre todo en sabotear el legítimo activismo del NO desde alcaldías distritales matonescas que no tienen problema en agraviar las opiniones de una parte de sus propios vecinos.

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