martes, 26 de abril de 2011

SUTE XVI SECTOR Y 5 PREGUNTAS PARA OLLANTA HUMALA

Artículo interesante, para leer con actitud crítica, a la vez esperar una respuesta de parte de Ollanta Humala y/o sus asesores en temas de educación.



25 de abril del 2011

Cinco preguntas al candidato Ollanta Humala


Señor Ollanta Humala, usted sabe que numerosos ciudadanos con memoria no queremos a Fujimori y sus cómplices, como bien los ha llamado Mario Vargas Llosa, de regreso al poder, y que eso es definitivo. Pero sabe, al mismo tiempo, que necesitamos de usted propuestas y compromisos que nos ofrezcan una prueba de lucidez y disposición a hacer lo que se necesita para convertir el crecimiento del PBI en una oportunidad de desarrollo y progreso para todos los peruanos, no sólo para la alta clase media de las ciudades ni para la gran empresa, que suelen confundir el Perú con los límites de sus barrios y su círculo social. La educación es una clave del desarrollo por la que poco se ha hecho en estos últimos cinco años, más allá de la inmensa publicidad oficial.



El 70% de los productos que hoy exportamos son petróleo y minerales. Una de las razones por las que hasta ahora no logramos dar valor agregado a todo lo que producimos, deficiencia que hace sumamente frágil nuestro crecimiento, está en la educación. Somos un país poco interesado en desarrollar capacidades científicas, tecnológicas y de innovación en sus jóvenes generaciones, pues en vez de cultivarlas se las destruye y desalienta a lo largo de su escolaridad. En las escuelas se enseña ciencia, poco y mal, pero además no se hace ciencia. Es decir, no se investiga ni se produce conocimiento, sólo se copia y se repite. ¿Cómo hará usted para transformar la educación básica en un crisol del desarrollo de nuestras inmensas pero adormecidas capacidades creativas?


Por lo demás, en el 2005 invertíamos en investigación para el desarrollo el 0,16% del PBI, es decir, unos 100 millones de dólares, cifra similar a la que se ha gastado el presidente García sólo en reparar 21 colegios de Lima Metropolitana. Ese mismo año, Chile invertía en el mismo rubro más de 600 millones de dólares. Seis años después, nuestra inversión en investigación sigue estando en 0,16% mientras Chile pasó del 0,68% al 0,80% de su PBI. ¿Cuánto más va invertir usted en este campo?

Pero no sólo se invierte mal, sino que se invierte poco. Un informe publicado por UNESCO el 2010 indica que el Perú, pese a su alardeado ritmo de crecimiento económico, gasta en educación el 2,7% de su PBI. Es decir, lo mismo que Angola, uno de los países más pobres del África. Varios de nuestros vecinos, sin embargo, casi duplican esa cifra: Costa Rica invierte el 4,9%, Argentina el 4,6%, Colombia el 5,1%, Brasil el 5,2% y México el 5,6% de su PBI. ¿Cómo hará usted para llegar al 6% del PBI en educación, tal como lo establece el Acuerdo Nacional?

Además, se invierte sin criterio de justicia. En 1999, el 53,4% de niños de 3 a 5 años de edad recibían educación inicial. En el 2009, la cifra sube lentamente al 66,3%. Pero nótese que los atendidos ese año por la educación inicial eran el 74,5% de niños de zonas urbanas, y sólo el 55% de las zonas rurales. Peor aún, en una década la distancia que separaba la atención educativa a niños de la ciudad y el campo, se ha hecho mucho más grande: si en 1999 era de 8.3, en el 2009 ya era de 19.5 puntos porcentuales a favor de los niños de zona urbana. ¿Qué va a hacer usted para revertir esta injusticia y que los niños más pobres reciban una educación inicial de calidad?

Por si fuera poco, hay un buen sector de niños que ni siquiera logra culminar la primaria, expulsado por la pobreza. En la zona urbana, el 87,5% de los matriculados en 1r grado logra terminar su 6º grado entre los 12 y 14 años de edad, y sólo el 67,9% de los niños de la zona rural. En regiones como Amazonas, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco y Loreto, un tercio o más de los matriculados se queda en el camino con un destino incierto. Además, los resultados de la evaluación censal de estudiantes de 2º grado del 2010, revelan que entre el rendimiento de los niños de la ciudad y el campo hay un abismo que crece. ¿Cómo logrará usted que las escuelas se adapten a los niños y les ofrezcan garantías para la culminación exitosa de sus estudios?

Para que la educación se convierta en genuino factor de desarrollo, no nos sirven la arrogancia, las poses ni las dádivas. Estamos hartos de eso. Explíquenos por favor qué va a hacer de diferente.

Luis Guerrero

Educador de profesión, con Maestría en Política Educativa en la Universidad Alberto Hurtado de Chile, estudios de Filosofía y postgrado en terapia familiar. Miembro del equipo asesor del Consejo Nacional de Educación; profesor principal de la Escuela de Directores y Gestión Educativa, de IPAE; socio fundador de Foro Educativo y miembro del grupo impulsor del colectivo Inversión en la Infancia.

Blog: El río de Parménides: http://educhevere.blogspot.com/

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