TRABAJADORES_DE_PARAMONGA.
EL 15 DE ENERO DE 1919: UNA CONQUISTA OBRERA
92 AÑOS DE LAS 8 HORAS DE TRABAJO EN EL PERU
“Esperar una ciencia imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, seria la misma pueril ingenuidad que esperar de los fabricantes imparcialidad en cuanto a la conveniencia de aumentar los salarios de los obreros, en detrimento de las ganancias del capital”.
Lenin: “Las tres fuentes y las tres partes integrantes del Marxismo”.
Palabras Previas
El capitalismo y el socialismo domesticado no quieren hablar hoy de las luchas obreras que incluso han sido sacadas de los textos de Historia por los ejemplos de combatividad, heroísmo y solidaridad que expresa el proletariado como última clase de la historia clasista y porque ambos expresan el espíritu burgués de considerarse como pilares de la historia.
Por otra parte los politicastros y los plumíferos del gobiernismo y del capital se presentan de tiempo en tiempo como adalides de la Jornada diaria de las 8 Horas de Trabajo desconociendo que esta fue una lucha eminentemente obrera y que tuvo varios años de preparación luego que el proletariado internacional, en Estados Unidos de Norteamérica, lo conquistó a sangre y fuego en 1886, fines del siglo XIX.
Como en muchas de las cosas que pasan en el país, aquí llegamos tardíamente a la conquista de ese derecho tan importante para el trabajador de hoy en día, pues el proletariado peruano recién lo conquistó el 15 de Enero de 1919, hace 92 años mientras en otros países pasa ya el centenario.
No fue nada fácil conseguirlo pues el pueblo tiene que realizar grandes gestas por los derechos del proletariado y del pueblo y que hoy usufructúan inmensas generaciones en el país y en el mundo.
Queremos poner a nuestros lectores con los instantes previos y el momento de su conquista para que conozcan que no fue nada fácil. Fueron años de vicisitudes. Fueron años de represión y masacre. Fueron años de heroica y tenaz lucha contra los Patrones y el Estado que se coligaron para enfrentar las reclamaciones obreras colocándose así como auténticos enemigos de clase y que lo siguen siendo hoy en día. Fueron años de lucha que al final tuvo su fruto para la clase proletaria.
EL CONTEXTO
En los instantes previos en que el Perú no contaba con el Partido del Proletariado ni las masas populares hallaban un claro norte socialista pese a que ya la Revolución Bolchevique de 1917 en Rusia había triunfado, las masas obreras peruanas se lanzaron a una jornada de lucha por conquistar la Jornada diaria de las 8 horas de Trabajo a principios de 1919, luchas orientadas por obreros guiados en buena parte de los casos por el anarcosindicalismo y que tenía como mentor al Maestro Manuel González Prada (1). El Amauta José Carlos Mariátegui recuerda que fue en una actuación de los Panaderos donde González Prada pronunció su discurso sobre los Intelectuales y el Obrero del 1º de Mayo de 1905 y que reprodujo su Revista "Labor" en su Edición Nº 8. Los obreros del coloso imperialista EE.UU. ya la habían conquistado con grandes movimientos obreros que contaron con el suplicio de los combatientes sindicalistas como Parson, Engel, a quienes el encono de los patronos por demoler la acción clasista los hizo ajusticiar acusándolos de terroristas. Pero el Per Pero el Perú aún no la tenía para sus trabajadores.
Desde la aparición de la industria moderna en el país, a fines del siglo XIX, hizo su ingreso a la escena patria, también, junto a la clase capitalista criolla el proletariado moderno que se concentró en los sectores económicos Textil, Alimenticio, Minero y Agrícola. Junto a ellos los Obreros Panificadores, Portuarios, Gráficos, Ferrocarriles, eran las otras fuerzas sociales de notable importancia en esos años.
Muchos de ellos como anota Dennis Sulmont (2), habían salido de las filas del artesanado que había sido llevado a la ruina por la libre importación de productos extranjeros que inundaron principalmente Lima, donde se hallaba el grueso del artesanado peruano que a mediados del siglo XIX llegó a una crisis final luego de dar sus últimas batallas por impedir el ingreso masivo de mercaderías extranjeras.
Varios eran los problemas que enfrentaba el naciente proletariado peruano. Si el artesanado laboraba sin jornada de trabajo por la naturaleza de su labor propia de talleres familiares y que era casi sin descanso y de lunes a domingo pues trabajaban sobre lotes de pedidos el naciente proletariado, concentrado en centros urbano industriales con patrones capitalistas estaban sujetos a jornadas laborales de entre 10 a 16 horas diarias, pésima alimentación que brindaban los patrones, malas condiciones de trabajo, salarios que no compensaban las continuas alzas del costo de vida, etc. Laboraban allí hombres maduros, mujeres y hasta niños.
Julio Portocarrero (3) recuerda que cuando ingresó a laborar de obrero textil en Vitarte ingresaba a las 6.30 de la mañana hasta las 9.00 de la noche, o sea 12 horas, de los cuales el patrón les daba un cuarto de hora para tomar desayuno, una hora de salida para el almuerzo y a las 6 de la tarde una hora de salida para la Cena y luego desde las 7 de la noche a regresar al trabajo. La paga era por trabajo a destajo, o sea los obreros ganaban por la cantidad de piezas que producían, la que era fijada por el patrón.
LAS PRIMERAS PROTESTAS DEL PROLETARIADO
Frente a esta triste realidad los obreros principalmente textiles, fueron los primeros en hacer sentir su protesta desarrollándose así en 1896 una primera Huelga exigiendo la reducción de la jornada de trabajo, aumento de salarios y mejora de la alimentación (4). Fue una Huelga dirigida por un grupo dirigido por Emilio Mendoza y que era en la fábrica Textil del Grupo Grace en Vitarte y que no contó con el apoyo del Gobierno de Nicolás de Piérola que más bien lo tildó de "criminal" (5).
En un ambiente totalmente hostil tanto de los patrones como del gobierno de turno fue germinando la conciencia clasista y la necesidad de mayor organización obrera y que denotaba con claridad que el interés del proletariado no es idéntico al de la clase capitalista y del Estado que salía en defensa de los patrones. Fue así como los obreros aprendieron a salir de su mundo fabril localista, comenzaron a visitar a otros obreros de las fábricas y Haciendas aledañas y a frecuentar con intelectuales que pudieran apoyar sus luchas. Así forjaron mas luchas.
Llegó así la Huelga de los Portuarios de 1904 en el Callao donde murió Florencio Aliaga, a quien se recuerda como el primer mártir del movimiento obrero peruano. Ese mismo año, los Panaderos peruanos organizaban centralizadamente el interés obrero. En 1905 organizaron un acto por la celebración de la Jornada Internacional de los Trabajadores emulando a los mártires de Chicago y donde se acordó luchar por la jornada de 8 horas, lo que permitió una mayor concentración obrera, que tuvo en 1913 la Federación Obrera Regional Peruana y en 1915 la Unión de Trabajadores en Tejidos con los obreros textiles de Lima y Vitarte.
Se desplegaron grandes luchas en el ínterin todas ya animadas por la pretensión de las 8 horas de trabajo. En 1911 se desarrolla el primer Paro General en Lima en solidaridad con los obreros de Vitarte que habían sido masacrados por las tropas del Gobierno ante sus reclamaciones desoídas. Represión que mostraba así la cara que siempre ponen cuando se trata de las reivindicaciones obreras y sociales: salir a defender al capitalista, a la clase económicamente dominante. El 25 y 26 de Mayo de 1912, se hizo un Paro General en apoyo de Guillermo Billinghurst.
Vino luego la gran Huelga de 1912 en el Valle de Chicama, en el Norte del país, en las Haciendas Casa Grande, Zucher Plantagen, Roma, Chiclin, Cartavio, etc. donde protestaban por los bajos salarios, precios elevados de los alimentos vendidos obligatoriamente en los Tambos, por la disminución de sus jornales por los nuevos empleados extranjeros que traían los Hacendados ( 6) y que fue reprimida con gran violencia por la fuerza pública. El Presidente Billinghurst, a quien los obreros apoyaron anteriormente sacó así su verdadera faz llegando incluso a Reglamentar las Huelgas
CALLAO-1913: LAS PRIMERAS 8 HORAS DE TRABAJO
También habríamos de contar las luchas de 1913 en el Callao y que sentó por vez primera las 8 horas en el Perú en un sector de la clase trabajadora en medio de un ejemplo de centralización y unificación obrera. Ese año se inició un Paro General de los Metalúrgicos, Textiles, Tipógrafos, Panaderos, etc., en apoyo a la huelga iniciada por los Jornaleros de la Unión General de Jornaleros del Callao cuyo Presidente era Fernando Vera, que demandaban 8 horas de trabajo junto al abaratamiento del precio del pan, y que se inició el 7 de Enero de 1913. Fue todo un movimiento huelguístico que casi puso de rodillas a la patronal que empleaba jornaleros en los Muelles del Callao y que mereció una dura represión desde el Estado cuyo Gobierno decretó el estado de Sitio por la fuerza del movimiento obrero tanto en Lima y Callao.
El Presidente Billinghurst, a quien los obreros apoyaron anteriormente sacó aquí su verdadera faz llegando incluso a Reglamentar las Huelgas por lo que el movimiento obrero comenzó a ver en los gobiernos sus auténticos enemigos de clase. Comentando esta gesta obrera, Cesar Lévano señaló que "El Paro se extendió tan avasalladoramente que el Presidente Billinghurst atemorizado puso a Lima en estado de sitio. En la ciudad otrora convencional, el cierrapuertas de fondo nuevo; los que se parapetaban era solo los privilegiados de las calles céntricas. En las vías Principales mandaban los huelguistas" (7)
Pese a la dureza con que el Estado trató a los huelguistas, el movimiento obrero consiguió las 8 horas de trabajo para los obreros del Callao. Los diarios transmitieron el decreto gobiernista:
“Lima, 10 de Enero de 1913,
Vista la petición formulada por los jornaleros de Muelles y Dársenas del Callao y encontrándose justificadas las razones que exponen se resuelve:
Desde la fecha la descarga en el Muelle y Dársena y en la Bahía del Callao tendrá lugar durante todos los días útiles del año desde las 7 a.m. hasta las 11 a.m. y desde la 1 p.m. hasta las 5 p.m. derogándose en esta parte el art. 41º del Reglamento aprobado por Resolución Suprema del 31 de Enero de 1875.
Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese.
Rúbrica del S.E.
Maldonado" (8)
MÁS LUCHAS OBRERAS Y SU ORGANIZACION
Luego tendríamos más luchas obreras. En 1913 en Talara y Negritos, en el norte peruano, los petroleros sacaron adelante una Huelga exitosa y que trajo consigo el despido de varios líderes obreros por parte de la empresa inglesa Duncan Fox y que fueron repuestos gracias al apoyo de los obreros del Callao que sabotearon los embarques y desembarques de dicha empresa.
La historia del movimiento obrero registra también las luchas de los trabajadores de Huacho, Sayán, Supe y Pativilca que en 1916 reclamaron un aumento hasta del 50% de sus jornales por el alza del precio de las subsistencias. En Huacho, el 10 de Junio de 1916, en medio del fragor de la lucha hubo una matanza de trabajadores siendo victimadas las mujeres Irene Salvador y Manuela Chaflajo, como recuerda Jorge Basadre (9)
Hubo también mas luchas de los trabajadores textiles, una de las cuales en 1915 culminó en masacre con el asesinato de Vilela en Vitarte.
Junto a ella, el proletariado peruano fue forjando sus órganos de clase las que fueron vertebrados en torno a la lucha por las 8 horas de trabajo. Anota Sulmont que en 1918 los anarquistas del Grupo La Protesta constituyeron La Federación Obrera Local de Lima en reemplazo de la Federación Obrera Regional de 1913, estando agrupadas en ella los gremios de Panaderos, Textiles, Gráficos, Ferrocarrileros, Zapateros, Sastres, Mosaistas, Picapedreros, Jornaleros del Callao, Trabajadores Marítimos y otros.
LAS 8 HORAS DE TRABAJO
En su I Congreso de Diciembre de 1918, esta Federación se impuso bregar por la Jornada de 8 Horas. Ya para Noviembre por Ley Nº 2851 a iniciativa de José Matías Manzanilla el Estado consideró ya la jornada laboral de 8 horas diarias para las mujeres y los niños así como el trabajo de 45 horas semanales lo que atizó el ambiente laboral, especialmente en el sector textil.
Los obreros de la fábrica textil El Inca en la tercera semana de Diciembre arrancan una Paralización casi sin presentar pliego alguno. Los dirigentes obreros de entonces, coordinando entre sí, ven en esto la oportunidad para plasmar la petición de la Jornada de 8 Horas y coordinando con los Comisionados de dicha Fábrica Alfredo Borjas, Alberto Mendieta y el chino Matos así lo hacen saber a éstos y a otros dirigentes de otros gremios obreros. El 24 de Diciembre de 1918, el Gerente de El Inca dijo que no a la petición de las 8 horas de trabajo. Y desde ese momento se declaró una Huelga por las 8 horas de Trabajo formándose el Comité de Huelga Vitarte-Inca presidido por Manuel Casabona de la textil El Inca.
Así se inicia la lucha por las 8 Horas de Trabajo.
Luego, los obreros forman comisiones para visitar las distintas fábricas de Lima y Callao. Comisiones formadas por dos mujeres y dos hombres o un hombre y una mujer, como recuerda Julio Portocarrero. Estas Comisiones obreras dejaban el mensaje claro en cada centro fabril: Huelga por las 8 horas de trabajo. Entre el lunes 26 de Diciembre al Sábado 31 los obreros textiles ya habían paralizado totalmente. Fábricas como Victoria, Vitarte, San Jacinto y La Unión.
Allí los obreros se dan cuenta que no bastaba la lucha textil por las 8 horas. Debían expandir la lucha si querían triunfar y para eso era clave coordinar con los medios de prensa apareciendo así la contribución del diario El Tiempo, diario opositor al Presidente José Pardo y Barreda, donde escribía el Amauta José Carlos Mariátegui y que les publicaba todos sus Oficios remitidos por el Comité de Huelga. Eso es lo que hace un dirigente auténtico, no se queda en un solo lugar y busca coordinar acciones.
Formaron nuevas Comisiones para visitar a todos los demás gremios de trabajadores y de las Haciendas a unificarlos en la lucha por la jornada de las 8 horas. Este trabajo de hormiga lo hacían obreros que no ponían reparo alguno y sacrificaban las fiestas de Pascua y Año Nuevo en aras de una conquista superior.
Conforme se expandía la paralización textil había la necesidad, también, de conformar un Comité de Huelga General. En ese lapso, los estudiantes universitarios buscaron a los dirigentes huelguistas para coordinar acciones destacando entre ellos Bruno Bueno, Valentín Quesada y Víctor Raúl Haya de la Torre.
El 2 de Enero de 1919 los Panaderos se pliegan totalmente as la Huelga.
El 8 de Enero de 1919 el Presidente Pardo suprime las garantías individuales y disuelven violentamente las manifestaciones y concentraciones obreras especialmente en Vitarte, ordenando también la detención de los dirigentes sindicales demostrándose una vez más que el Estado solo representa a la clase capitalista y que no le interesaban las demandas obreras.
Esta provocación estatal es respondida unitariamente por la clase trabajadora que el 13 de Enero decreta un Paro General siendo su Comité de Huelga Central presidido por el obrero textil Fausto Navarrete y conformado por Carlos Barba, Nicolás Gutarra, Julio Portocarrero y César Fonkén, todos ellos obreros. El diario el Comercio informaba que todas las mociones eran aprobadas a las 4 de la mañana:
"1º Proclamar el Paro General por 48 horas.
2º Siendo el Paro General una significación moral, incluidos en ésta la libertad incondicional de los apresados en Casapalca, como también de todos los compañeros que por motivo del movimiento fueron reducidos a prisión;
3º La Asamblea protesta contra la fuerza brutal del militarismo por derramar sangre de los trabajadores, en su necio afán de sostener el estado normal de cosas.
4º La Asamblea al proletariado nacional hace un llamado para la conquista de las 8 horas por la acción directa" (10).
Comisiones obreras salieron ni bien culminó la Asamblea. La solidaridad con esta lucha no se hizo esperar en El Callao, pese a que los Jornaleros ya gozaban de las 8 horas por su lucha de 1913. Allí los delegados de los huelguistas, Julio Portocarrero y Julio Campos. Este último, según narra Portocarrero, "se acercó a José Avante, el presidente de los Jornaleros... Les habló. El Presidente se trajó una banquita que tenía ahí. Dio la voz para que pararan todos y no ingresara ningún trabajador al muelle. El muelle Dársena quedaba frente a la plaza Grau. En la reja de entrada habló a los compañeros: aquí hay una delegación que ha venido de Lima, a poner en conocimiento que se ha decretado el Paro General. Así es que ya saben Ustedes lo que hay que hacer. ! Vamos al Paro General! “Nada más. Yo no tuve que pronunciar una palabra más. Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue." (11)!Que tal muestra de desinteresada solidaridad!
Pero el trabajo de solidaridad de los jornaleros no quedó allí. En el relato de Portocarrero hallamos una muestra de lo que es el poder obrero que sin pedir nada a cambio expresan solidaridad de clase:
"Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue. A dónde se fueron? Se fueron primero a hacer parar a los tranviarios; luego a hacer parar a los del Molino Santa Rosa y Cogorno; se fueron a hacer parar a los del Vulcano; se fueron a hacer parar a los de la factoría El Águila y Guadalupe, y así a todos los centros de trabajo. Nosotros dimos una vuelta por ahí y dijimos, "vamos a Lima". Cuando nosotros quisimos ir a Limas, ya no encontramos ningún tranvía, ya no había tranvía. Todo estaba paralizado. La gente emprendía la marcha hacia Lima a pie. Nosotros también nos vinimos así." (12)
Lima y Callao, incluyendo sus Balnearios, entonces, estaban paralizados totalmente el día 13 de Enero.
Las clases dominantes, los capitalistas, el gobierno, su gendarmería, todos estaban a la expectativa luego de ese día y temerosos tuvieron que ceder a la exigencia obrera. Así el 15 de Enero de 1919, el Ministro de Fomento Manuel Vinelli fue enviado por el Presidente José Pardo a leer en el local de la Federación de Estudiantes del Perú, donde hoy es el Museo de Arte en el Paseo Colón de Lima, El Decreto con el que se oficializó las 8 horas de Jornada laboral en el Perú. El Director de Fomento, Sr. Figueroa fue comisionado por el Gobierno para dar a conocer a los Huelguistas en el Local donde se concentraban en el Parque Neptuno que estaba totalmente cercado por el Ejército.
Allí sesionaron los Huelguistas y acordaron levantar el Paro. La clase obrera había triunfado una vez más.
UNA ANÉCDOTA
Julio Portocarrero nos hace conocer que el mismo 15 de enero, casi agotado se fue a descansar y habiendo enviado a Grimaldo Escobedo a avisar a los obreros textiles de Vitarte de que el Paro se había levantado, éstos no le habían creído y reclamaban su presencia. Dejemos que él nos lleve a este importante pasaje de su vida:
" Al día siguiente, cuando yo estaba en el Parque Neptuno esperando que vinieran los demás delegados, me dio la voz Escobedo y me dijo que venía de Vitarte para decirme que fuera, porque los trabajadores no querían entrar a trabajar mientras yo no fuera a darles la información. Ante eso, me vi precisado a emprender inmediatamente viaje hacia la Estación de Desamparados para tomar el tren para Vitarte, y poder llegar a las 10 de la mañana. Cuando regresé a Vitarte e informé a la gente sobre el Decreto, resolvieron entrar a trabajar. Yo ya no regresé a Lima. Empecé a trabajar junto con todos los operarios".
(13)
Anécdota que retrata el fuerte liderazgo que tenían los dirigentes obreros de entonces.
EPILOGO
Esta fue una de las importantes conquistas de la clase obrera peruana para conseguir la Jornada de 8 Horas de Trabajo en el país hace casi 90 Años y que hoy es pisoteada por los capitalistas dizque modernos en cada confín del planeta y especialmente en el Perú.
Las lecciones de combatividad, heroísmo, solidaridad, unificación principista, direccionalidad obrera, etc. fueron una constante de esta gesta obrera y constituyen un ejemplo a seguir para continuar las luchas obreras y su ascenso al plano político.
Hoy le corresponde al proletariado peruano avanzar en que esta conquista sea respetada frente al confusionismo que genera en el país el gobiernismo que hoy se presenta como el adalid de esta importante lucha y frente al reformismo y el revisionismo que lo embarcan en el camino electorero como si el pueblo alguna vez con este camino haya conseguido algo duradero.
La clase obrera tiene ante sí la disyuntiva de seguir en el círculo vicioso de conquistar derechos que un tiempo es respetado y reconquistar derechos que los pierde cada vez que hay crisis del capitalismo y que ahora la globalización imperialista los amenaza con mayor pauperización.
En los países del capitalismo avanzado la clase obrera debe saber que según propias informaciones de esa agencia de la oligarquía imperialista mundial, el Banco Mundial, el decil más rico de Centro y Sudamérica se queda con el 48% del ingreso total mientras que el decil más pobre sólo recibe el 1.6% de dicho Ingreso.; y que en los países capitalistas el decil superior recibe el 29.1% mientras que el decil inferior solo el 2.5% (14) y que hoy en día las tarifas de servicios como la telefonía, el agua, el gas y la energía eléctrica crecen por encima de los salarios lo que hace caer sostenidamente los salarios de los trabajadores tanto así que en EEUU el Instituto de Política Económica Liberal refiriéndose a los altos costos energéticos se ha sobresaltado indicando que es la mayor caída del ingreso real en décadas (15). Se comprueba que pese a la globalización y al notable desarrollo de la tecnología los ricos se enriquecen mas y los pobres se empobrecen mas y que el salario de los trabajadores tiende a desvalorizarse más cumpliéndose ese viejo precepto marxista de que los beneficios capitalistas crecen a expensas del salario de los trabajadores.
Situación del que no escapa el propio EEUU de Norteamérica, el clásico país imperialista y terrorista Nº 1 en el mundo, en la década de 1960 los trabajadores con sus salarios representaban el 46% del valor añadido del producto y en la década del 90 ha descendido totalmente pues representa solo el 36% (16); descenso que se viene observando ya en los beneficios de pensiones y de salud que si antes pagaban los patrones hoy lo hacen con la creciente participación del salario laboral conforme lo revela un Informe de la Kaiser Family Foundation: el 60% de las empresas ofrecen seguros de salud en el 2005 mientras el 2003 era el 66% y el 2000 era el 69% de los patrones (17) augurando el estudioso James Petras que para el presente año más del 90% de los trabajadores estarán pagando su atención sanitaria individual y su plan de pensiones bajo riesgo de perderlos pues los patrones capitalistas ya no quieren mantenerlos pues les reduce su competitividad internacional (18).
Esto pese a que los capitalistas yanquis se vanaglorian de que en los últimos cuatro años han tenido una recuperación económica y sólo en el último año han tenido un crecimiento de su PBI en 3.4% y buena parte de los capitalistas financieros inversores han batido los récords de beneficios para sus accionistas (19). Contra lo que afirmaban los sepultureros del Marxismo, éste nos enseña que un “rápido crecimiento del capital productivo determina un igualmente rápido acrecentamiento de la riqueza, el lujo, las necesidades sociales, los placeres sociales. Así, aunque los esparcimientos del obrero suban, la satisfacción social que ellos brindan desciende en comparación con los crecientes goces de los capitalistas” (20).
La clase obrera tiene que entender que con la globalización imperialista solo las ganancias empresariales seguirán manteniéndose para lo cual las potencias capitalistas viene empleando la competencia entre Bloques o Pueblos Continentes y Tratados Bilaterales como el TLC auspiciado por EEUU y que gobiernos serviles como el Toledo y de otros países semicoloniales siguen a pie juntillas y en ella el salario tenderá a reducir su valor nominal inclusive.
Una firma yanqui como es la Delphi, la Nº 1 en autopartes en USA (21), paga por ejemplo a sus obreros en USA 27 dólares por hora de trabajo más beneficios jubilatorios y de salud- que han empezado a reducirse- mientras en China esta misma empresa paga 3 dólares la hora sin ningún beneficio pensionario y sanitario, lo que en términos globales lleva a una reducción sustantiva de los salarios en los países avanzados para proteger las ganancias empresariales que crecen más con el auxilio que le proporcionan las ganancias por los productos de sus filiales como en China donde los salarios son completamente bajos
Al reducirse nominalmente el salario se empuja al obrero a prolongar su jornada laboral directa e indirectamente con lo cual su vida familiar tiende a reducirse y produciéndose así un nuevo crecimiento de los beneficios del capital confirmándose otro viejo precepto marxista de que “cuanto más consiga el capital alargar la jornada de trabajo mayor será la cantidad de trabajo ajeno que se apropiará” (22). Situación que hasta en el ámbito personal ha agudizado la proliferación del estrés en casi el 30% de los adultos norteamericanos (23).
Todo esto acontece bajo los auspicios del Estado que se revela así como un órgano de la clase capitalista. A los obreros y a los pueblos les dicen que tienen que sacrificarse en aras de la estabilidad de las empresas capitalistas o del control inflacionario mientras sus ganancias y el parasitismo de la deuda externa son crecientes (24).
Por ello la clase obrera tiene que dar el salto de las luchas sindicales a la lucha política por el Poder. La clase obrera debe prepararse para la conquista del Poder para la clase y el pueblo pese a que el gobiernismo, el reformismo y el revisionismo colocan este problema como uno como uno lejano y lo engañan constantemente con el camino electorero o de reformas presentándolos como caminos que el pueblo debe transitar.
La clase obrera es revolucionaria o no es nada en el sistema capitalista dice un viejo apotegma marxista y hacia ella debe concurrir la acción proletaria de hoy en día si queremos ser seguidores de quienes conquistaron reivindicaciones como las 8 horas en el país y en el mundo del cual gozan tirios y troyanos Esa es su misión histórica y hacia ella concurrimos todos los que servimos al pueblo de todo corazón.
Como enseña Lenin, le corresponde al proletariado ser esa fuerza que debe crear lo nuevo:
“Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y los seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas y políticas, los intereses de una u otra clase.
Los Partidarios de reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo y mientras que no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de unas u otras clases dominantes.
Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a los elementos que puedan –y, por su situación social, deban- forma fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.” (25).
Notas.-
1. José Carlos Mariátegui en "Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista" inserta en la compilación "La Organización del Proletariado" .
2. Dennis Sulmont: El Movimiento Obrero Peruano 1890-1980. Reseña Histórica.3. Julio Portocarrero: Sindicalismo Peruano. Primera Etapa 1911-1930
4. Ernesto Yepes del Castillo: Un Siglo de Desarrollo Capitalista en el Perú. 1820-1920.
5. Demetrio Flores G.: Medio Siglo de Vida Sindical en Vitarte. 1911-1961.
6. Diario El Comercio. Edición del 11 de Abril de 1912.
7. César Lévano: La Verdadera Historia de la Jornada de las Ocho Horas en el Perú.
8. Diario El Callao, 11 de Enero de 1913
9. Jorge Basadre: Historia de la República del Perú.
10. Diario El Comercio. Edición del 13 de Enero de 1919.
11. J. Portocarrero: ob. cit.
12. J. Portocarrero: ibid.
13. J. Portocarrero: ibid.
14. Banco Mundial: Desigualdad en América Latina y el Caribe: Ruptura con la historia?. 2003.
15. Rebelión: 1º de Noviembre del 2005, citando a Clarín.
16. Phil Gasper: La Vigencia del Manifiesto Comunista.
17. Rebelión: Ibid.
18. James Petras: El Estado del Imperio. 2006.
19. Ibid.
20. Carlos Marx: Trabajo Asalariado y Capital.
21. Rebelión. Ob. cit.
22. Carlos Marx: Salario, Precio y Ganancia.
23. J. Petras: Ob. cit. Petras recoge allí las declaraciones de la economista yanqui Julie Schor que yendo más allá en esto del estrés dice que “ los estadounidenses están literalmente, buscándose la muerte, ya que su trabajo contribuye a provocar enfermedades de corazón, hipertensión, problemas gástricos, depresión, fatiga y otras dolencias”.
24. El economista Peter Morici, de la administración del ex Presidente Clinton, quería disciplinar las exigencias sindicales de los obreros de los centros automotores culpando de su crisis a las dirigencias sindicales por no haber educado a sus afiliados y mostrarse realistas en sus pliegos reivindicatorios. En Rebelión: 1º de Noviembre del 2005.
25. V.I. Lenin: Las tres fuentes y las tres partes integrantes del Marxismo”.
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